Por todos es conocido el
patrimonio monumental que atesora la ciudad de Segovia. La UNESCO declaró su
acueducto y la ciudad vieja Patrimonio de la Humanidad en 1985; miles de
turistas recorren sus calles todos los años para disfrutar del acueducto
romano, de la dama de las catedrales, del alcázar que parece sacado de una
película de Disney, sus iglesias románicas, el barrio de la judería, sus
increíbles vistas a la Sierra de Guadarrama, la muralla, la casa de la moneda…
A todos esos valores histórico-artísticos, hay que añadir
otro que es menos conocido pero sin duda de gran interés, su patrimonio
medioambiental, especialmente las aves.
Vamos a hacer un recorrido monumental por la ciudad,
comenzando, como no puede ser de otra manera, por la Plaza de la Artillería, a
los pies del acueducto. Esta infraestructura hidráulica fue construida por los
romanos en el S. II d.C, en tiempos del emperador Trajano y servía para traer
el agua desde la cercana Sierra de Guadarrama hasta la ciudad. Tiene una
longitud de 14 Km, desde el azud situado en el río Acebeda hasta la plaza del
azoguejo, siendo el último kilómetro el más espectacular con sus 167 arcos que
se elevan a una altura de 28 m. Lo más increíble es que los sillares de granito
no necesitan ningún tipo de argamasa para su sujeción.
Acueducto de Segovia
Durante los meses de primavera, el acueducto se convierte en
el lugar de nidificación de multitud de aves, que encuentran en los huecos de
los sillares de granito un lugar excepcional donde sacar adelante a sus
polluelos. El acueducto alberga la mayor colonia de vencejo común (Apus apus) de la ciudad. Desde el
mirador del Postigo, especialmente a primera hora del día y al atardecer,
podemos disfrutar del sorprendente vuelo de los vencejos, con su inconfundible chirrido
que emiten mientras vuelan para capturar pequeños insectos con los que
alimentar a su descendencia. Son como un escuadrón de cazas, perfectamente
alineados maniobrando entre los arcos. Por la noche, los murciélagos toman el
relevo de los vencejos en esa impagable tarea de eliminar del aire mosquitos, pulgones,
polillas y demás insectos que tantas preocupaciones y desvelos nos producen a
los humanos.
Vencejos volando junto al acueducto
Vencejo común
Además de los vencejos, también utilizan el acueducto como
lugar de nidificación grajillas (Corvus
monedula), chovas piquirrojas (Pyrrhocorax
pyrrhocorax), gorriones comunes (Passer
domesticus), carboneros garrapinos (Periparus
ater) y palomas bravías (Columba
livia), estas últimas causando problemas de conservación en el monumento,
por lo que en los últimos años se está intentando reducir al mínimo su
nidificación en él.
Si desde el acueducto subimos por la Calle Real, llegamos a
la Plaza Mayor, donde destaca majestuosa la Catedral. Comenzó a construirse en
1525 por Juan Gil de Hontañón, es de estilo Gótico y en ella destacan varios
elementos, como las vidrieras del S. XVI, sus innumerables pináculos, la
imponente torre que se alza hasta alcanzar los 90 metros de altura y el
claustro que fue trasladado piedra a piedra desde la catedral vieja situada en
las cercanías del Alcázar hasta su ubicación actual. Por sus dimensiones y
elegancia, es conocida como la Dama de las Catedrales.
Catedral de Segovia
Por su ubicación es sin duda la mejor de las atalayas de la
ciudad, y eso bien lo saben algunas aves. Su torre es posadero habitual de
halcón peregrino (Falco peregrinus), desde donde se lanza a la caza y
captura de palomas, estorninos y otras aves de mediano y pequeño tamaño que
componen su dieta. También utlizan la torre las chovas piquirrojas como
dormidero comunal durante los fríos meses de invierno, llegándose a alcanzar
concentraciones de varios cientos de individuos en su interior. Las cigüeñas
blancas (Ciconia ciconia), una vez concluido su período reproductor, se
reúnen en los pináculos de la Catedral, produciéndose una de las estampas más
bellas que se pueden contemplar en esa armonía entre el patrimonio monumental y
el medioambiental.
Halcón peregrino en uno de los pináculos de la Catedral
Siguiendo el itinerario más turístico de la ciudad, llegamos
al Alcázar. Este edificio, a lo largo de sus muchos siglos de historia, ha sido
fortaleza, palacio real, prisión del Estado, Real Colegio de Artillería y
actualmente Archivo Histórico Militar. Se cree que ya en tiempos de los romanos
podría haber una fortificación en este enclave de la ciudad. Es en escritos del
S.XII donde ya se habla expresamente de la fortaleza como “Castillo de Segovia”
y “Alcaçar”. Tuvo su máximo apogeo como Palacio Real en el reinado de Enrique
IV y de Isabel La Católica. En 1764, reinando Carlos III, se instala en el
Alcázar el Real Colegio de Artillería, hasta que un siglo después, un incendio
destruyera gran parte del edificio. En la actualidad, es uno de los monumentos
más visitados y fotografiados de la ciudad.
Alcázar de Segovia
El Alcázar tiene una ubicación privilegiada dentro de la
ciudad de Segovia, ya no solo desde el punto de vista defensivo, sino desde el
punto de vista ambiental. Se encuentra flanqueado por los dos valles que
atraviesan Segovia: El del Eresma y el del Clamores. Eso favorece la presencia
de fauna tanto en el propio edificio como en la roca en la que se asienta. Sus
mechinales, balcones, ventanales, torres y troneras son utilizados por
cernícalos vulgares, chovas piquirrojas, gorriones chillones (Petronia
petronia), herrerillos comunes (Cyanistes caeruleus) y carboneros
comunes (Parus major), vencejos y otras aves trogloditas para nidificar.
En las rocas que le sirven de base a la fortaleza, cría una pareja de halcones
peregrinos, que parecen proteger la fortaleza del asedio de las palomas.
Cernícalo vulgar
Halcón peregrino
Protegiendo todo el casco antiguo de la ciudad está la
muralla. Tiene una longitud de 3Km y una altura media de 9m. Presenta un total
de 80 cubos y torres, separados entre sí por lienzos o paños. Había un total de
cinco puertas que daban acceso al recinto amurallado, pero en la actualidad
quedan en pie tres: San Andrés, San Cebrián y Santiago. En la misma muralla,
existen casas fortificadas como la Casa de los Picos, la Casa del Sol, la Casa
de los Condes de Chinchón, la Casa del Marqués de Lozoya o el propio Alcázar.
Como se puede deducir, la ciudad amurallada estaba habitada por la nobleza y el
clero, mientras que el pueblo llano se asentaba en los arrabales, en la Segovia
extramuros.
Puerta de Santiago
Puerta de San Andrés
Pero en lo que seguro no pensaron los que construyeron la
fortificación, es que en la actualidad cumple con otro importante papel, en
este caso medioambiental, ya que sus grietas, mechinales (agujeros que quedan
en la muralla después de retirar el andamiaje que se usa para su
construcción y que además permite la evacuación del agua de lluvia que se
infiltra en la muralla) y demás oquedades que presenta, son utilizados por una
gran cantidad de especies animales (aves, reptiles, insectos, murciélagos…),
como refugio y lugar de nidificación y descanso. Desde hace unos años se están
realizando obras de restauración de la muralla de Segovia, que cuentan con el
asesoramiento de socios de SEO-Segovia para favorecer la presencia de aves en
sus oquedades. Cabe destacar, por ejemplo, la presencia de vencejos, grajillas,
chovas piquirrojas, herrerillos comunes, gorriones chillones, palomas bravías,
cernícalos vulgares y cernícalos primillas (Falco naumanni), mochuelos (Athene
noctua), etc.
Chova piquirroja
Grajillas
Para concluir este repaso monumental de Segovia, hay que
hacer mención a la gran cantidad de iglesias románicas que atesora la ciudad.
Segovia es la segunda ciudad con más iglesias románicas de España, siendo
algunas de las más conocidas y visitadas: la iglesia de los Santos Justo y
Pastor, en cuyo ábside interior se pueden observar unas espectaculares pinturas
románicas; también se puede contemplar la escultura del Cristo de los Gascones,
talla románica que data del S.XI. La
iglesia de San Millán y la iglesia de San Martín, donde destacan sus bien
conservados atrios o la iglesia de San Esteban, con su majestuosa torre de 56
metros de altura.
Iglesia de San Justo
Iglesia de San Martín
Iglesia de San Millán
Iglesia de San Esteban
Las torres de algunas de estas iglesias son el sitio elegido
por las cigüeñas para instalar sus enormes plataformas de nidificación. También
está presente, aunque cada vez en menor número, el cernícalo primilla. En los
atrios encuentra cobijo y un lugar idóneo donde construir su nido de barro el
avión roquero (Ptyonoprogne rupestris) y en los mechinales, oquedades y
tejados instalan sus nidos vencejos, grajillas, chovas piquirrojas, gorriones
comunes o palomas bravías. Son sin duda alguna lugares privilegiados para
vivir.
Nido de avión roquero
Pareja de cernícalo primilla
Nido de cigüeña blanca
Cigüeña blanca
Sirvan estas líneas como una primera aproximación hacia
estos monumentos tanto histórico-artísticos como naturales que atesora la
ciudad del acueducto, quedando otros muchos por descubrir y analizar desde esa
doble vertiente, como monasterios, conventos, palacios, el barrio de la judería
o edificios fabriles. Es de vital importancia que tanto los habitantes de la
ciudad, los turistas que nos visitan y las administraciones públicas que los
gestionan, conozcan este otro patrimonio que atesora Segovia, porque solo de
esta manera se podrá tener en cuenta, proteger y poner en valor, para que las
futuras generaciones puedan seguir disfrutándolo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario