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martes, 20 de noviembre de 2012
sábado, 17 de noviembre de 2012
ALIMENTACIÓN DEL BÚHO CHICO (Asio otus) EN AMBIENTES URBANOS
Búho chico (Asio otus)
INTRODUCCIÓN
El
búho chico (Asio otus), además de ser
el más silencioso y retraído de nuestros búhos, es uno de los peor conocidos.
De hábitos estrictamente nocturnos y más bien forestales, se trata de una
especie ampliamente repartida por nuestro territorio, aunque con desiguales
densidades.
De
aspecto estilizado y elegante, el plumaje críptico le permite mimetizarse con
el boscoso medio que frecuenta. Presenta una cabeza redondeada y rematada por
“orejas” que le sirven para descomponer su silueta e indicar excitación o
miedo. En la cara destaca un ribete de plumas blancas en forma de “x” que
enmarca el pico y los anaranjados ojos.
HÁBITAT
Aunque
depende estrechamente de las formaciones boscosas para criar, el búho chico
prefiere zonas con arbolado disperso, bosques-isla y sotos ribereños, y se
instala junto a claros y linderos si se trata de un bosque muy extenso. Siente
especial predilección por los pinares, asentándose incluso en los de
repoblación.
ZONA DE ESTUDIO
Para
el estudio, se ha seleccionado un núcleo urbano donde existe presencia de búho
chico. En dicha localidad, el búho chico ha seleccionado una pequeña
repoblación de pinos próxima a un parque y a edificios deportivos y de
viviendas.
Hábitat de Búho chico en la zona de estudio
ALIMENTACIÓN
El
búho chico es un cazador estrictamente nocturno, capaz de dar caza, incluso en
las peores condiciones de luz, a una gran variedad de pequeños y medianos
vertebrados, desde pajarillos hasta gazapos, si bien su dieta básica, se centra
en el consumo de micromamíferos (topillos, ratones de campo, ratas, etc.).
Ocasionalmente puede predar sobre grandes insectos, reptiles y anfibios.
El
estudio de la alimentación de la especie se ha realizado a través del análisis
de egagrópilas recogidas en la localidad seleccionada.
Las
egagrópilas son bolas formadas por restos de alimentos no digeridos que algunas
aves regurgitan y expulsan por la boca. Normalmente contienen hueso y pelo,
porque son elementos duros y difíciles de digerir por las aves.
Egagrópilas de búho chico
Egagrópila de búho chico
RESULTADOS DEL ANÁLISIS
DE LAS EGAGRÓPILAS
En total, se
han analizado 31 egagrópilas de búho chico. En dicho análisis, se ha prestado
especial atención en los restos de cráneos y mandíbulas encontrados, puesto que
la dentición permite identificar las distintas especies de micromamíferos
presentes en un lugar determinado. Los resultados obtenidos son los siguientes:
En
el interior de las 31 egagrópilas recogidas, se han encontrado restos de 5 micrótidos (topillos), 17 múridos (ratones), 3 musarañas
y 9 aves de pequeño tamaño.
Picos, cráneos y mandíbulas encontrados en las egagrópilas
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Relato de un humedal: La laguna del Oso
Alrededor de las 13 horas hicieron acto de presencia los primeros miembros de Seo Segovia en uno de mis observatorios. Antes de lo esperado. Parece que las cosas por el azud de Riolobos no fueron como esperaban. El cielo permaneció toda la mañana completamente encapotado y únicamente en pequeños periodos de tiempo la lluvia se ausentaba para permitirles salir del coche. Entre los inquilinos del Azud de los que pudieron disfrutar destacaban la gran cantidad de azulones, algunos patos cuchara, somormujos, cormoranes, gaviotas sombrías, algún aguilucho lagunero, garza real, perdices, un cernícalo, algún milano real... En uno de los momentos en que se decidieron a hacer uso del telescopio, pudieron observar un grupo de grullas y alguna liebre en los campos de alrededor. Pero la lluvia persistente, les invitó a dirigirse a la Moraña, lugar en el que me encuentro, ofreciéndoles una grata despedida con el espectaculo ofrecido por un gavilán y un aguilucho lagunero, que las tenían entre sí.
Arco iris a la llegada a la laguna del Oso
Tras una rápida visita a El Oso y posterior aventura por los caminos embarrados del entorno, se aposentaron en el observatorio para observar a algunos de los huéspedes habituales de la época. En la lámina de agua reposaban gran número de azulones y patos cuchara, en compañia de alguna cerceta y ánade silbón. En los campos de alrededor hacían acto de presencia estorninos, avefrías, gansos, cornejas, algunas grullas, un cernícalo común, milano real, trigueros.
Estando al cobijo del observatorio, y habiéndose unido otros miembros del grupo liberados de sus quehaceres matutinos, también pudieron disfrutar de especies muy de cerca, como los trigueros, un bisbita alpino o alguna lavandera blanca.
Lavandera blanca (Motacilla alba)
Bisbita alpino (Anthus spinoletta)
El espectáculo para amenizar la tarde estuvo a cargo de las aves rapaces, haciendo acto de presencia un águila imperial, un busardo ratonero, una pareja de aguiluchos pálidos, un aguilucho lagunero y un veloz esmerejón. Estos últimos, con sus vuelos a ras del carrizo, causaban gran pavor entre las pequeñas aves, que huían prestas a refugiarse.
Busardo ratonero (Buteo buteo)
Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) hembra sobre el carrizal
Aguilucho pálido (Circus cyaneus)
Pero les aguardaba lo mejor. Al anochecer, vienen a cobijarse en mi grandes bandos de grullas y ánsares, y en mis orillas ocupadas por el carrizo se juntan gran número de escribanos palustres para pasar la noche.
Grullas (Grus grus) llegando a los alrededores de la laguna
La luz se apagaba y era el momento de volver al pueblo, y ya entre la gente local, comentar lo que el día había dado de sí. Sólo me queda esperar su pronto regreso para poder seguir disfrutando de la grata compañia de gente que me aprecia y respeta. Seguro que en breve estarán aquí de nuevo, pues aún les queda mucho por conocer de mis ocupantes.
Pd: Hoy debemos alegrarnos por la recuperación de uno de los mejores representantes de los humedales ibéricos. La sociedad toma conciencia y la naturaleza, sabia, lo agradece.
sábado, 10 de noviembre de 2012
Tour por Valladolid sur
El pasado día 06 noviembre, Juan Matute, Paco Miguelañez y
un servidor coincidimos en tener un día libre, evento que solo ocurre muy de
cuando en cuando. Para celebrarlo quedamos a las 8:00, antes que si tuviéramos que
trabajar, y nos fuimos de campo a la zona sur de Valladolid.
En principio el objetivo eran las grandes aves de la zona,
algunas de ellas invernantes.
La primera parada, laguna de Aguasal, aun hacia frio, la
actividad era escasa, aun así nos recibe un zorro al que sorprendemos y sales
corriendo como una exhalación. Pudimos ver además ánade real, pato cuchara,
pechiazul, bisbita alpino o escribano palustre entre otros.
Zorro rojo (Vulpes vulpes)
Escribano palustre (Emberiza schoeniclus)
Ya metidos de lleno en la búsqueda de las “grandes”, vimos
una imperial, un joven con un plumaje que nos metió en harina para discutir si
pajizo o damero, la densidad de conejos en algunas zonas, permite que la
imperial se vea con facilidad. Las avutardas fueron esquivas, quizás por el
aire que era fuerte y las hacia permanecer agachadas entre el herbazal. Las
grullas pasan menos desapercibidas, sus trompeteos las delatan, y de nuevo como
todos los años al escucharlas, me ponen la piel de gallina.
Conejo común (Oryctolagus cuniculus)
Avutarda común (Otis tarda)
Grulla común (Grus grus)
Grulla común (Grus grus)
El final del viaje llegó con la visita a la reserva natural
de riberas de Castronuño, único espacio
protegido en la provincia de Valladolid. Ahora el principal protagonista, es el
cormorán grande con dormideros enormes. Disfrutamos de la entrada de los
cormoranes a los dormideros y de algún ave más, como el aguilucho lagunero, el
somormujo lavanco o el martín pescador entre otros.
Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)
Dormidero de cormorán grande (Phalacrocorax carbo)
Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)
49 especies. Buena compañía. Una comida en el campo. Un gran
día de observación de naturaleza.
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