Delta del Ebro
Albufera de Valencia
El
Delta del Ebro y la Albufera de Valencia presumen de ser dos de los humedales
más importantes de España. Ninguno destaca por ser ecosistemas bien conservados
en su conjunto, más bien todo lo contrario, son un claro ejemplo de ecosistema
antropizado, modificados enormemente por el hombre, en este caso. No es lo
único en lo que coinciden, ya que los dos se encuentran incluidos en la lista RAMSAR
de humedales de importancia internacional, los dos son Zonas de Especial
Protección para las Aves (ZEPA) y por tanto forman parte de la Red Natura 2000,
los dos están declarados Parque Natural, los dos son humedales costeros
mediterráneos y los dos acogen una cantidad de aves excepcional. En mi opinión,
todo amante de las aves, tiene que dejarse ver por estos dos humedales al menos
una vez en la vida. Yo he tenido la suerte de poder escaparme el último fin de
semana de febrero para conocerlos en profundidad.
El
Delta del Ebro, situado al sur de la provincia de Tarragona, es una inmensa
superficie de tierra modelada por el río Ebro durante miles de años,
depositando en la desembocadura los sedimentos que arrastra a lo largo de su
recorrido. Es una extensión de tierra ganada al mar de manera natural,
aprovechando la calma del Mediterráneo. En su mayoría los terrenos son aprovechados
para el cultivo de arroz; un sin fin de canales artificiales recorre el
interior del Delta con el objetivo final de inundar los terrenos cuando sea
necesario para permitir el crecimiento del arroz. También hay zonas de lagunas,
salinas y playas.
Durante el viaje, la mayoría
de las tierras de cultivo aún estaban sin inundar, lo que hizo que las aves se
concentraran en las lagunas costeras e interiores, permitiéndonos disfrutar de
momentos irrepetibles. Garzas, calamones, flamencos y moritos se contaban por
cientos en cada barrido del telescopio.
El
primer sitio en el que estuvimos observando aves fue en el pueblo de Deltebre,
ya que en un pequeño huerto de limones se estaba dejando ver un alcaudón pardo
(Lanius cristatus), la primera cita
para España de esta especie. Después de un rato buscándole, al final se dejó
ver cazando de rama en rama por los diferentes limoneros dispersos en el huerto.
Todo un señor “bimbo” ese alcaudón, que no sería el último del viaje.
Alcaudón pardo (Lanius cristatus)
Durante
el resto del día, visitamos distintos enclaves del humedal, como La Alfacada,
La Isla de Buda, la Reserva Ornitológica de Riet
Vell gestionada por SEO/BirdLife, la playa del Trabucador, la laguna de la
Encañizada y la laguna de la Tancada. Las aves que pudimos observar en estas
zonas fueron muchas y variadas, destacando los limícolas: chorlitejo grande (Charadrius hiaticula), chorlitejo
patinegro (Charadrius alexandrinus),
archibebe claro (Tringa nebularia),
archibebe común (Tringa totanus),
correlimos común (Calidris alpina),
correlimos tridáctilo (Calidris alba),
correlimos menudo (Calidris minuta),
chorlito gris (Pluviales squatarola),
vuelvepiedras (Arenaria interpres),
andarríos grande (Tringa ochropus),
andarríos chico (Actitis hypoleucos), zarapito real (Numenius arquata), avoceta (Recurvirostra abosetta), avefría
(Vanellus vanellus), aguja colinegra (Limosa
limosa) y agachadiza común (Gallinago
gallinago). También disfrutamos con las distintas especies de gaviotas:
reidora (Larus ridibundus), cabecinegra
(Larus melanocephalus), picofina (Larus genei), de audouín (Larus audouinii) y patiamarilla (Larus cachinnans). Garza real (Ardea cinerea), garceta común (Egretta garzetta) y grande (Egretta alba), garcilla cangrejera (Aredeola ralloides) y bueyera (Bubulcus ibis), cormoranes (Phalacrocorax carbo), flamencos (Phoenicopterus ruber), moritos (Plegadis falcinellus) y calamones (Porphyrio porphyrio) se contaron por
decenas en algunos lugares. Otras especies que se dejaron ver a lo largo del
día fueron zampullín común (Tachybaptus
ruficollis), ánade real (Anas
platyrrhynchos), pato cuchara (Anas
clypeata), aguilucho lagunero (Circus
aeroginosus), lavandera blanca (Motacilla
alba), escribano palustre (Emberiza
schoeniclus), gallineta común (Gallinula
chloropus), focha común (Fulica atra)
y rascón (Rallus aquaticus). Un
magnífico espectáculo para la vista.
Reserva ornitológica de Riet Vell
Laguna de La Encañizada
La Tancada
Correlimos común (Calidris alpina), correlimos tridáctilo (Calidris alba) y correlimos menudo (Calidris minuta)
Gaviota de Audouín (Larus audouinii)
Garceta grande (Egretta alba)
Garceta común (Egretta garzetta)
Flamencos (Phoenicopterus ruber)
Calamón (Porphyrio porphyrio)
Al
día siguiente, pusimos rumbo a la Albufera, haciendo una parada intermedia en
el Estany de la Almenara, donde otro alcaudón inusual, en este caso el alcaudón
isabel (Lanius isabellinus), se
estaba dejando ver. Este costó menos encontrarle y se mostró muy confiado ante
nuestra presencia. Pudimos disfrutar de su observación durante un buen tiempo,
volando de rama en rama y capturando al vuelo pequeños insectos.
Alcaudón isabel (Lanius isabellinus)
La
Albufera de Valencia está situada al sur de la ciudad del Turia. En su día,
hace miles de años, fue un golfo marino, pero con el tiempo, los sedimentos
aportados por el mar Mediterráneo formaron un cordón dunar conocido como La
Restinga que propició el cerramiento del golfo y su transformación con la ayuda
del hombre, en un lago de agua dulce, ya que mediante un sistema de compuertas,
se impide que el agua salada del mar acceda a la laguna. Los sedimentos que
aportaron los ríos Turia y Júcar, ayudaron también a colmatar parte de ese gran
golfo, y actualmente esos espacios son ocupados por extensos cultivos de arroz.
Una
vez en la Albufera, y antes de degustar una típica paella valenciana,
recorrimos los campos de arroz que rodean la laguna y pudimos observar
concentraciones realmente altas de aves en los terrenos que ya tenían agua.
Miles de moritos, gaviotas reidoras y garcetas comunes se concentraban en los
campos de cultivo encharcados, acompañados por decenas de gaviotas sombrías (Larus fuscus) y de audouín, garcillas
bueyeras, garcetas grandes, espátulas (Platalea
leucorodia), cormoranes, ánades reales y avefrías entre otros.
Gran concentración de aves en los
campos de arroz encharcados
Gaviota reidora (Larus ridibundus) en plumaje nupcial
Gaviota sombría (Larus fuscus) y gaviotas reidoras
Moritos (Plegadis
falcinellus) y gaviotas reidoras
Garcetas comunes
Después
de la parada para comer y antes de que el sol pusiera fin al viaje, decidimos
visitar uno de los diferentes Tancats que hay en la Albufera. Allí pudimos ver,
entre otras muchas aves: andarríos bastardo (Tringa glareola), combatiente (Philomachus
pugnax), pechiazul (Luscinia svecica),
agachadiza común y los omnipresentes calamones.
Con
la cabeza llena de pájaros, pusimos rumbo a casa con la satisfacción de haber
vivido un fin de semana irrepetible en una magnífica compañía.
2 comentarios:
Buena entrada Nacho. Un par de avistamientos de los que llevan a la gloria en el Big Year del Grupo SEO-Segovia.
Ganas de visitarlo
Publicar un comentario