Del 8 al 12 de marzo he
pasado unos días visitando Irlanda con un grupo de amigos. Aunque no ha sido un
viaje estrictamente medioambiental, este país tiene bastantes lugares con
encanto que son de obligada visita para el turista. La isla es lo suficientemente
grande como para que no de tiempo a recorrerla en 5 días, así que centramos el
viaje en el oeste del país.
Nuestro viaje empezó en
Galway, la tercera ciudad más importante del país después de Dublín y Cork. Se
encuentra en la desembocadura del río Corrib y ante ella se abre Galway Bay. Es
una gran bahía, que se puede recorrer por las carreteras que la bordean,
existiendo varios sitios donde poder parar el coche y observar las aves y los
paisajes que ofrece. En la misma ciudad, en la desembocadura del río, pude
observar vuelvepiedras (Arenaria
interpres) y gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus), así como bisbita ribereño costero (Anthus petrosus), lavandera cascadeña (Motacilla cinerea), estornino pinto (Sturnus vulgaris) y graja (Corvus frugilegus), esta última, sin lugar a
dudas, el córvido más abundante del país, algo sorprendente para mí, puesto que
en España se encuentra acantonada en la provincia de León.
Graja (Corvus frugilegus)
Estornino pinto (Sturnus vulgaris)
Desde otro punto de la
bahía, en Dunguaire Castle, pude observar cisne vulgar (Cygnus olor), ánade silbón (Anas
penelope), zarapito real (Numenius
arquita), gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), corneja cenicienta (Corvus corone cornix) y cerceta común (Anas crecca) entre otros.
Dunguarie Castle, en el borde de
Galway Bay
Cisne vulgar (Cygnus olor)
El siguiente punto de
interés fueron los Cliffs of Moher. Se trata de unos espectaculares acantilados
de 7 Km. de longitud abiertos al Océano Atlántico y constituyen el lugar de
nidificación de una gran variedad de aves marinas. En este punto del viaje mis
prismáticos dijeron basta y mi nivel de observación descendió
considerablemente, ya que solo podía mirar por un ojo. Aún así, pude observar
gaviota argéntea (Larus argentatus),
gaviota sombría (Larus fuscus),
bisbita ribereño costero (Anthus petrosus)
y lavandera pía (Motacilla alba yarrelli,
subespecie de lavandera blanca presente en Reino Unido e Irlanda). Sin ninguna
duda, este sitio bien merece una visita en primavera para ver frailecillos (Fratercula arctica), gaviotas
tridáctilas (Rissa tridactyla),
halcones peregrinos (Falco peregrinus) y fulmares (Fulmarus glaciales)
nidificando en los acantilados.
Cliffs of Moher
Lavandera pía (Motacilla alba yarrelli)
Bisbita ribereño costero (Anthus petrosus)
Al día siguiente, pusimos
rumbo a lo que según algunos, es el extremo más occidental de Europa, la
Península de Dingle. Aunque también existen bastantes acantilados, no son
comparables a los Cliffs of Moher, pero las vistas resultan sorprendentes. Las
condiciones climáticas no acompañaron en absoluto; un viento intenso, niebla en
algunos puntos, lluvia y nieve hicieron acto de presencia durante todo el
recorrido por la península, por lo que las observaciones de aves fueron muy
complejas. Aún así, las gaviotas argénteas (Larus
argentatus) y los alcatraces atlánticos (Morus bassanus), retaban al mal tiempo, y pudimos deleitarnos con
el vuelo de las gaviotas y las zambullidas de los alcatraces en busca de
comida. También se dejó observar bastante cerca un grupo de ostreros
euroasiáticos (Haematopus ostralegus).
Dingle Peninsula
Gaviota argéntea (Larus argentatus)
Ostrero euroasiático (Haematopus ostralegus)
El último lugar de interés
medioambiental que visitamos fue el Parque Nacional de Killarney, una de las
pocas zonas boscosas con las que cuenta el país, ya que solo el 6% de la
superficie se encuentra arbolada. Cuenta con 10.000 Ha. de extensión y es el
más antiguo del país, creado en 1932. Está formado por bosques y lagos y los
paisajes que se contemplan son muy bonitos. Dentro del bosque, todo es verde;
el suelo y las rocas están tapizados de musgo, dando la sensación de estar
caminando por un bosque tropical. En los diferentes lagos del parque, pude
observar ánade real (Anas platyrhynchos),
gaviota reidora (Chroicocephalus
ridibundus), porrón moñudo (Aythya fuligula)
y cisne vulgar (Cygnus olor). Otras especies que se dejaron ver en la zona
fueron petirrojo (Erithacus rubecula),
zorzal charlo (Turdus viscivorus),
acentor común (Prunella modularis) y
graja (Corvus frugilegus).
Killarney National Park
2 comentarios:
Muy buena entrada Nacho, que envidia!! Suerte con los prismáticos, pues llega la mejor época en Segovia,jeje.
Un abrazo
Enhorabuena por darnos envidia con tus viajes, teniendo tiempo, dinero y gente con la que compartir buenas experiencias!!
Saludos,
Eduardo García
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