En 2024 el esfuerzo realizado por los voluntarios que participan en la campaña ha sido, como siempre, titánico, empleando su tiempo libre en localizar los nidos, hacer el seguimiento de los pollos y en caso de ser necesario, tomar medidas adicionales para evitar que las cosechadoras, mientras recogen el cereal, atropellen a los indefensos polluelos.
Este año la primavera ha sido generosa en lluvias, lo que ha provocado el retraso de la cosecha en gran parte de la provincia, una auténtica bendición para los aguiluchos y otras especies esteparias que crían en el suelo, como las avutardas, alondras, cogujadas o codornices.
Tanto es así, que se han reportado casos de segundas puestas
realizadas, que han podido completarse con éxito, volando los pollos bien
entrado el verano; cabe destacar a nuestra querida hembra Jara, radiomarcada en
el año 2019 y que gracias al transmisor que porta en el dorso, se ha podido
comprobar cómo, tras fracasar su primera puesta en el municipio de Miguelañez,
seguramente por depredación, se desplazó a la localidad de Aguilafuente, 23 km
en línea recta. Allí realizó una segunda puesta, naciendo los pollos a primeros
de agosto, completando el desarrollo con éxito 3 pollos, los cuales abandonan
el nido a finales de agosto. Esto ha provocado, como es lógico, que Jara empezara
su viaje migratorio postnupcial más tarde de lo que lo ha hecho otros años,
pero actualmente ya se encuentra en África, fiel a sus lugares de invernada al
sur del desierto del Sahara, concretamente en Mauritania. Para saber más acerca
de los viajes migratorios de los aguiluchos cenizos, SEO/BirdLife ha publicado
una monografía del programa MIGRA que recoge el comportamiento espacial de la población
española de esta especie (monografía).
En lo que respecta a los datos de la campaña, se han localizado un total de 122 nidos repartidos por los cultivos cerealistas de la provincia, encontrando nidos en 33 municipios distintos, siendo la localidad con más nidos detectados Donhierro, con un total de 11 nidos.
Se ha contabilizado a su vez, que las hembras de aguilucho
cenizo han puesto un total de 420 huevos, de los que han nacido al menos 338
pollos, alzando el vuelo un mínimo de 273 pollos.
Durante toda la campaña se ha hecho uso de drones para
localizar y hacer el seguimiento de los nidos. Esta herramienta, es sin duda,
de gran ayuda y utilidad, ya que permite trabajar a distancia, causando mínimas
molestias a los aguiluchos, ya que, en la mayoría de los casos se evita acceder
directamente al nido, minimizando el riesgo de depredación y el estrés causado
tanto a los pollos como a la pareja reproductora.
Para proteger los nidos que corren riesgo de ser destruidos por las máquinas cosechadoras, se han utilizado diferentes estrategias en función de la edad de los pollos y de la elección del agricultor propietario de la parcela. La mejor de todas es optar por el retraso de la cosecha hasta que los pollos sean capaces de volar, siendo empleada esta opción en 10 nidos. Si no es posible, se opta por colocar un vallado de protección alrededor del nido o dejar un rodal de cultivo sin cosechar, técnicas empleadas en 30 nidos. La última de las alternativas, es trasladar los pollos o los huevos al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (CRAS), siendo necesario solo en dos casos. Del análisis detallado de las diferentes opciones utilizadas y el éxito o fracaso de las mismas, se sacarán conclusiones interesantes para futuras campañas.
Los aguiluchos cenizos de Segovia necesitan voluntarios que
les ayuden a salir adelante y completar con éxito su reproducción, por lo que
si has llegado hasta el final de este artículo y tienes ganas de formar parte
de esta gran aventura, no dudes en ponerte en contacto con nosotros a través
del correo electrónico seo-segovia@seo.org.