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jueves, 28 de agosto de 2014

Viaje naturalista a Borneo



Del 28 de junio al 15 de julio, dos miembros del grupo local, Rosa y Toni, participamos en el viaje naturalista de SEO-Birdlife a la isla de Borneo, concretamente a la región malaya de Sabah.


Borneo es la tercera isla mas grande del mundo (un 50% mas grande que toda la península ibérica), está situada un poco al sur de Filipinas, en el ecuador, por lo que llueve mas de 300 días al año y por tanto, condiciona totalmente el tipo de vegetación que allí existe: selva húmeda en sus dos variantes: de montaña y del llano.



Políticamente la isla pertenece a tres países: Malasia (zona norte y antigua colonia británica), Indonesia (otros 2/3 del territorio y antigua colonia holandesa) y el pequeño sultanato de Brunei. Cuenta con 17 millones de habitantes, y la región que nosotros visitamos, Sabah, cuenta con 3 millones de habitantes y una superficie similar a Castilla la Mancha.


La selva de Borneo es considerada la más antigua del planeta, y además, no es una isla volcánica como las islas cercanas. Su riqueza ornitológica es enorme: casi 700 especies, de las que 50 son endémicas. Por las fechas del viaje, nosotros no disfrutamos de las especies invernantes, sino estrictamente de las sedentarias; y aunque se supone que fuimos en la estación “seca” nos llovió prácticamente todos los días, aunque mayoritariamente por la tarde-noche. El equipo esencial aquellos días era: prismáticos, cámara de fotos, agua y chubasquero. De los prismáticos no nos separábamos ni para cenar... era una continuación de nosotros mismos.


Turísticamente, la isla no tiene mas que turismo de naturaleza y playas, ya que los pueblos y ciudades no son bonitos, no hay ruinas, casas coloniales, ni templos antiguos ...nada, excepto una naturaleza exuberante en el 30% de la isla que no ha sido deforestada.


El grupo lo formamos 13 personas, más dos guías de SEO, más dos guías locales de media en todos los destinos (más chofer en los traslados). Es decir, 13 personas y ¡4 guías¡, desde luego que era un viaje naturalista de calidad. Los alojamientos fueron muy variables: de estándar occidental en los lugares más poblados, al estándar local en el resto, eso sí, cuando llegabas a un sitio con un alojamiento mas “estándar local”, es que el lugar respectivo era sencillamente espectacular.


El programa de actividades que llevábamos era muy simple: bichear desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. No se puede decir que perdimos el tiempo...ese deseo que tenemos a veces de bichear sin cortapisas hasta agotarnos, pues aquí lo cumplimos ¡durante 15 días seguidos¡. Después del desayuno, salíamos hasta la comida, y después volvíamos a salir hasta la cena, además, para los que todavía tenían ansia bichera, estaban las excursiones extras: paseo matutino antes del amanecer hasta el desayuno y paseo nocturno tras la cena, ¡quedaron pocas horas para dormir!.


Nuestras fotos son de una cámara compacta sin zoom, pero los compañeros que llevaron cámaras “en condiciones” sacaron fotos absolutamente sensacionales, tipo Quercus y National Geografic.


Al grano: Tras coger 3 aviones y un barco, llegamos a nuestro primer destino: la Isla de Mantanani, aquí el objetivo era hacer snorquel, observar aves costeras y...localizar al endémico autillo de Mantanani (¡conseguido!).



En la isla de Mantanani ya fuimos captando la forma de ser mayoritaria de la población local: lo que nosotros llamamos “pachorra”, je,je. La verdad que no viven nada estresados, son pacíficos, amables y sonrientes.


Con motivo de una excursión pedestre por una islita cercana, nos advirtieron los dueños del barco que la marea estaba bajando y que no tardásemos mucho. Pues cuando quisimos volver, ya el barco estaba varado en la arena del fondo, ellos no se habían molestado en ir alejando un poco el barco para salvar el fondo y también asumían con naturalidad el estar encallados; fuimos nosotros los que nos organizamos rápidamente y fuimos buscando la dirección mas apropiada en la que desencallar el barco (empujando, por supuesto).




Aquí pudimos comprobar el estado de las playas: playas paradisiacas con blanca arena en las que junto a los troncos naturalmente arrastrados por el mar había cientos de plásticos, principalmente botellas.





Tras el periplo marino, nuestro siguiente objetivo era el Parque Nacional del Monte Kinabalu (4095 m y Patrimonio de la Humanidad), durante el traslado, paramos en unos arrozales que estaban literalmente copados de aves zancudas: garcilla bueyera, garceta oriental, garceta intermedia y grande, avetorillo canelo, gallineta crestada y común, calamón, aguatero bengalí, junto con multitud de canasteras orientales.



Canastera Oriental (Glareola maldivarum - Oriental Pratincole):





Los no naturalistas jóvenes que visitan Borneo, hacen dos cosas: snorquel y subir al Monte Kinabalu: parece ser que se ha puesto de moda subir y ver amanecer en la cumbre de ciertas montañas (Teide, Kilimanjaro; Fuji...) y el Kinabalu no es menos, para ello se precisa una jornada de aproximación hasta el albergue que hay en su falda y salida nocturna para llegar antes del amanecer. Sin embargo, dicha ascensión está regulada y se obliga a contratar un guía local que acompañe al senderista. También nos llamó la atención que no suben los avituallamientos al albergue con helicópteros o con animales: ¡lo hacen porteadores!, que suben como mulas (nunca mejor dicho)


 En el Kinabalu observamos charlatán de Treacher, yuhina crestada, tórtola cuco-chica, dúcula dorsicastaña, malcoha ventrirrufo y pechicastaño, salangana del Kinabalu, barbudo elegante, pito gargantilla y triste, eurilaimo negrigualdo, trogón de Borneo, silbador de Borneo, oruguero de Sonda, drongos cenizo y crestado, urraca verde y de Borneo, picaflor de Borneo, torrentero de Borneo...




En el baño del alojamiento del Kinabalu encontramos las siguientes instrucciones/prohibiciones que deben formar parte de la casuística local:





En el Monte Kinabalu la abundancia de mariposas, sobre todo nocturnas, era sobrecogedora:







Nos acercamos también a las famosas aguas termales de Poring, donde no lográbamos salir de los jardines, de atiborrados que estaban de los llamativos “pájaros de jardín”. Los árboles en este lugar eran auténticas catedrales ¡que dolor de cuello¡

Un arañero chico (Arachnothera longirostra - Little spiderhunter):




El siguiente destino era Sepilok, lugar famoso por estar allí el Centro de Rehabilitación de Orangutanes, lugar sin vallas en el que entran y salen los orangutanes en período de Rehabilitación. En nuestro hotel, cercano a dicho centro, un compañero se cruzó con un orangután en una pasarela ¡como si fuera cualquier otro huésped¡


Otro lugar a visitar aquí era el Rainforest Discovering Center, que no es mas que un trozo de selva, en el que hay senderos para no perderse y pasarelas elevadas sobre las copas de los árboles, para poder observar los pájaros que se mueven sobre las frondas ¡que descanso para nuestros maltrechos cuellos¡. Aquí el amanecer fue sencillamente sobrecogedor.




En este lugar, al anochecer, presenciamos el vuelo de las ardillas voladoras: de pronto, una gran ardilla, empieza a trepar en uno de esos fabulosos árboles que sobresalen muchísimo sobre los demás, ya altos, árboles de la selva; entonces, cuando te estás preguntando ¿pero que hace allí?, se lanza¡¡ y volando hasta que la pierdes de vista al llegar a la fronda de los demás árboles, y te quedas atónito pensando ¿y no se habrá matado? je,je.


Un Monarca nuquinegro a través del telescopio (Hypothymis azurea prophata – Black-naped Monarch):



Había insectos enormes y algunos crípticos como este que imita a una hoja:




Camino del río Kinabatangan, paramos en las cuevas de Gomatong, lugar en el que duermen 1,3 millones de salanganas (pequeños vencejos) y cerca de dos de murciélagos, que salen en bandadas al anochecer, dibujando formas aéreas cual bando de estorninos, antes de dispersarse por toda la selva para dar cuenta de los mosquitos. Dicha salida de los murciélagos es aprovechada por varias rapaces, especialmente los especializados milanos murcielagueros, para dar cuenta de algunos de ellos.


El siguiente destino fue el curso bajo del rio Kinabatangan, donde nos alojamos en el Lodge de uno de los mejores ornitólogos de Borneo y seguramente, el mejor fotógrafo de naturaleza de la isla: Cede Prudente. Aquí, los guías locales eran él y su equipo (auténticos ojos de águila). Sin palabras. Estos días el bicheo era mucho más cómodo: desde una lancha, subíamos y bajábamos el río, internándonos en canales y meandros, en búsqueda de todo bicho viviente. Aquí las estrellas fueron sin duda, los calaos, aunque las aves observadas aumentaban sin cesar.


No os perdáis las fotos de Cede:  http://cedeprudente.com/




El siguiente destino era Danum Valley, un lugar no muy frecuentado, pues para lograr alojarse en él hay que ser investigador o miembro de alguna sociedad conservacionista, nosotros, al ir con la propia SEO-Birdlife, tuvimos el privilegio de llegar a dicho lugar del que nos habían hablado todos los guías locales: “lo hay en Danum Valley” decían sin cesar. Para llegar a dicho lugar, te tienen que llevar microbuses del propio Danum Valley, en un viaje pasando un estricto control, y a través de ¡60 km de camino a través de la selva¡


En las marchas nocturnas, las aves estaban durmiendo embolichadas, como esta Pitta Black and Crimson (Pitta ussheri):



Otros nocturnos:





Tras Danum Valley, ya vislumbrando el fin de nuestro periplo borneano, llegamos a la ciudad de Tawau, en donde pajareamos por su colinas, curiosamente, uno de los caminos que recorrimos era una especie de “cortafuegos” que separaba la selva de la derecha del la selva deforestada de la izquierda (plantación de palma aceitera), y en la que sólo se oían y veían pájaros en la zona de la selva.


Según me comentó Cede Prudente, la cantidad de especies de aves baja de varios cientos en la selva a unas 17-18 en las plantaciones de Palma.


Diferencia plantación de palma-selva:




Un cuco bayo (cacomantis sonneratii schelegeli – Banded-bay cuckoo):



Hasta aquí la cara amable de nuestro viaje, puesto que la otra, es la tremenda deforestación que ha sufrido la isla desde los años 80, y que ha supuesto que el 70% de la superficie de selva haya sido absolutamente arrasada para plantar el monocultivo de palma aceitera (o palma africana), el paisaje durante horas de autobús es el mismo: todo palma hasta la cima de los cerros (al estilo del olivo en Jaén), sin ningún matorral y apenas hierba bajo ellos.


Malasia e Indonesia se lo han jugado todo a una sola carta: la palma aceitera, si alguna vez falla la demanda de aceite de palma o surge una plaga para la que no tengan pesticida, veremos noticias nada alegres en la prensa. (documental Home para quien le interese el asunto de la deforestación: http://www.youtube.com/homeprojectES#p/a/u/1/SWRHxh6XepM).


Piénsatelo dos veces cuando compres productos con “aceite de palma” o “grasas vegetales” (casi todos los industriales).



La cantidad de aves que vi con tiempo para fijarme en detalles fue 198.


Por último, una foto de una casa común allí y con algo típico también: la gente saludando a los autobuses (adultos también).




Hasta siempre, Borneo.