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lunes, 24 de diciembre de 2012

LA NAVA Y CAMPOS DE PALENCIA


Laguna de La Nava

El día 16 de diciembre de 2012, estuve visitando un Espacio Natural Protegido de Castilla y León: “La Nava y Campos de Palencia”. A unas 2 horas de Segovia, se encuentra este paraje conocido antaño como el “Mar de Castilla” por la inmensa laguna de 4000 Ha que, por desgracia, fue desecada en 1968 para su transformación en campos de cultivo. En la actualidad, en su lugar, encontramos una laguna seminatural con una superficie de 375 Ha, recuperada en 1990 e inundada todos los otoños con aguas del Canal de Castilla. Es necesario destacar la gestión que se hace de la laguna, ya que trata de imitar el ciclo hidrológico natural que tendría, con aporte de agua en épocas de lluvia y sequía estival que deja sin agua la laguna.

El Espacio Natural, de 56.107 Ha, además de formar parte de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Castilla y León, está incluido en la Lista RAMSAR de humedales de importancia Internacional así como en la Red Natura 2000 a través de la ZEPA Nava-Campos.

Nuestra primera parada nos llevó al pueblo de Fuentes de Nava, donde se encuentra la Casa del Parque. Allí obtuvimos información del Espacio Natural a través de distintos folletos y de la propia visita a la casa, un espacio en su mayor parte dedicado a las aves que habitan el humedal en las diferentes épocas del año. Una visión interesante es la aproximación que hacen al anillamiento científico; todo de manera amena y divertida, algo que es de agradecer.

Casa del Parque en Fuentes de Nava

En la casa del parque disponen de censos actualizados de las aves que se pueden ver en la laguna.

Censo de la Laguna de La Nava del 4/12/2012


Con toda la información en nuestro poder, acudimos a la Laguna de La Nava, donde existen varios observatorios para visualizar las diferentes especies orníticas presentes en el humedal: ánsar común (muy abundante tanto en el agua descansando como en los cultivos aledaños alimentándose), ánade real, ánade silbón, ánade friso, cuchara europeo, cerceta común, avefría, correlimos común, cigüeña blanca y aguilucho lagunero. También se dejó ver a lo lejos un pequeño bando de avutardas.

Laguna de La Nava

 Ánade silbón (Anas penelope)

Ánade friso (Anas strepera)

El tiempo no acompañó, y el viento y la lluvia hacían acto de presencia de manera intermitente, impidiéndonos salir de los observatorios para recorrer a pie alguna de las sendas que presenta la laguna.

Por la tarde, decidimos acudir a la laguna de Boada de Campos, para ver que sorpresas nos tenía preparadas. De camino a la laguna, pudimos observar las cajas nido para cernícalo y lechuza colocadas por GREFA en su proyecto de control biológico de plagas de topillo, un trabajo muy interesante que merece la pena seguir de cerca. Desde el observatorio, pudimos disfrutar de la presencia de ánsar común, ánades reales, silbones y frisos, pato cuchara, tarro blanco, avefría, correlimos común y gaviota reidora.

Caja Nido del Proyecto de GREFA para el Control Biológico del topillo campesino


 Laguna de Boada de Campos desde el observatorio


 Pato cuchara (Anas clypeata)


Avefría (Vanellus vanellus


Merece la pena pasarse por allí ahora para ver la invernada de los gansos, pero por lo visto en primavera existe una gran variedad de especies que eligen las lagunas para reproducirse, por lo que habrá que plantearse una excursión para cuando el tiempo mejore.



 Ánsar común (Anser anser)


Texto: Nacho
Fotografías: Miguel Pascual (aves) y Nacho

sábado, 22 de diciembre de 2012

Colémbolos, pequeños seres diminutos...

Como no sólo de aves vive el blog, hoy quería hablar de unos diminutos seres, los colémbolos. Hace tiempo me enviaron una foto hecha en los pinares de Valsaín por un amigo cuya curiosidad le hizo agachar el lomo lo suficiente como para percatarse que lo que veía en el suelo no era carbonilla de una hoguera ni un extraño hongo negruzco, sino que eran seres vivos que se movían y saltaban. Me envió la foto y me preguntó que qué era aquello y yo le dije.... ejem.... le dije: No tengo ni idea.... Menos mal que otro amigo, experto en plagas, me sacó de mi ignorancia. Así que para los que estéis como yo hace un tiempo, os presento a los, estrellas por un día, de algunos de nuestros bosques segovianos, en ocasiones tan numerosos que no tiene perdón decir que no los conocemos.
Los colémbolos son invertebrados artrópodos de 6 patas emparentados con los insectos sin llegar a serlo. Probablemente ostenten muchos records, como el de ser los ánimales más numerosos del globo y probablemente estén entre los bichos terrestres que alcanzan densidades más altas entre los seres vivos, llegando, en algunas especies a superar los 50000 individuos por metro cuadrado (que ya es estar apretado). Están presentes en todos los continentes y a día de hoy se descubren nuevas especies en cuevas o selvas. Hablar de colémbolos es hablar de casi 7900 especies por lo que algunas son tan diferentes de otras que enumerar rasgos comunes sería demasiado atrevido por mi parte. Sin embargo algo si que es particular de este orden y es la presencia de la furca, esto es, un apéndice que les ayuda a propulsarse en ocasiones a alturas inverosímiles para un bicho que no supera los 5 mm. Hablando en plata: saltan como demonios..
Los que aquí os muestro están presentes en bosques de roble melojo (quercus pyrenaica) y pino de Valsaín (pinus sylvestris). Si un día os dais cuenta de que el suelo está sucio con tonos negruzcos, probablemente sea una infestación de colémbolos que en ocasiones pueden llegar a constituir verdaderas plagas. Si os acercáis lo suficiente descubriréis con asombro cómo estos bichos grises de antenas segmentadas se apelotonan formando verdaderas colonias. Su alimentación es variada, desde micelios de hongos y sus esporas, hasta detritus, los hay que son vegetarianos y los hay incluso que se aprovechan de materia en descomposición.
Los colémbolos permanecen juntos y se comunican con feromonas y otras señales químicas como las de alarma, basta tocar las narices con un palito a algunos de ellos y se puede ver como, en muchas ocasiones, empiezan a saltar, además de los molestados, los que están también al lado y así en una especie de reacción en cadena que puede "durar" varios centímetros.
La reproducción de los colémbolos recuerda, salvando las distancias, a la de algunos anfibios urodelos, en cuanto que el macho, tras un cortejo más o menos elaborado, expulsa un espermatóforo viscoso que es recogido de inmediato por la hembra. Algunas especies son partenogenéticas, es decir, se desarrollan sin la concurrencia de los dos sexos, algo así como una reproducción asexual, comprobada también en algunos grupos faunísticos, como los anfibios. Buceando en el apasionante mundo de los colémbolos he podido descubrir que existe incluso el colémbolo de Valsaín (Protaphorura valsainensis) y que es en Otoño cuando podemos encontrar explosiones enormes de estos bichos.
Si después de esta pequeña introducción no estáis sorprendidos, una de dos o no tenéis sangre freak en vuestras venas o yo no he sabido captar vuestra atención.

Quizá lo mejor es dejar hablar al maestro.


 ¡¡Ya no hay disculpa para que los pajareros segovianos no hablemos de colémbolos!!

 Bibliografía:
 Estudio de la Variación Estacional de Colembofauna en suelos de alta montaña en la Sierra de Guadarrama (Madrid) M.J. Luciánez y J.C. Simón
 Catálogo de colémbolos ibéricos. Jordana,R., Arbea, J.I.; Ariño, A.H.
Wikipedia
 Ecología de los Colémbolos (Collembola, Insecta) edáficos del encinar montano del Montseny (Barcelona) F. Mateos

domingo, 16 de diciembre de 2012

Pajareo norteño.





El miércoles 12 y el jueves 13 estuvimos una par de amigos y yo por el norte. 

El centro de operaciones Castro-Urdiales, allí dormíamos y por supuesto primer destino para ver aves, sus playas.

 
 Martín pescador común (Alcedo atthis)

  Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus)

 Cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis)

 Gaviota patiamarilla (Larus michahellis)



Sobre las doce de este primer día nos fuimos a las marismas de Santoña, un lugar siempre encantador y que recomiendo a todo el que no las conozca. Las limícolas y las aves del norte que buscan refugio en este enclave son siempre interesantes.

Zarapito trinador (Numenius phaeopus)
 
Chorlito gris (Pluvialis squatarola)
 
Aguja colipinta (Limosa lapponica) y Correlimos Común (Calidris alpina) 
 
Zarapito trinador (Numenius phaeopus)
 
Negrón común (Melanitta nigra)


Cisne Vulgar (Cygnus olor)


Zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis)

 Focha común (Fulica atra)


 
El entorno de las marismas es también espectacular.


El Jueves día 13 salimos a las 7:00 hacia Gijón, en Gijón recorrimos el puerto y las playas.
 Vuelvepiedras común (Arenaria interpres)

Gaviota sombría (Larus fuscus)

Colimbo grande (Gavia immer)

 Vuelvepiedras común (Arenaria interpres)



También el parque de Isabel la Católica, un lugar lleno de sorpresas aladas.
Gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus) 

 
 Barnacla cariblanca (Branta leucopsis)


 Junto a este parque pasa el rio Piles cuya desembocadura también recorrimos, y en ella pudimos ver,

Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)
 
Correlimos oscuro (Calidris maritima)

Dos días dedicados íntegramente a la observación de aves, con dos compañeros fantásticos, que más se puede pedir….bueno pues el gavión y el ampelis….otra vez será.

martes, 20 de noviembre de 2012

 

Informaros por si queréis pasaros de que tengo esta exposición desde el día 17 hasta el día 30 en el centro cultural Lazaro Carreter en Madrid.

El horario del centro des de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00

Un saludo

sábado, 17 de noviembre de 2012

ALIMENTACIÓN DEL BÚHO CHICO (Asio otus) EN AMBIENTES URBANOS

Búho chico (Asio otus)

INTRODUCCIÓN

El búho chico (Asio otus), además de ser el más silencioso y retraído de nuestros búhos, es uno de los peor conocidos. De hábitos estrictamente nocturnos y más bien forestales, se trata de una especie ampliamente repartida por nuestro territorio, aunque con desiguales densidades.

De aspecto estilizado y elegante, el plumaje críptico le permite mimetizarse con el boscoso medio que frecuenta. Presenta una cabeza redondeada y rematada por “orejas” que le sirven para descomponer su silueta e indicar excitación o miedo. En la cara destaca un ribete de plumas blancas en forma de “x” que enmarca el pico y los anaranjados ojos.

HÁBITAT

Aunque depende estrechamente de las formaciones boscosas para criar, el búho chico prefiere zonas con arbolado disperso, bosques-isla y sotos ribereños, y se instala junto a claros y linderos si se trata de un bosque muy extenso. Siente especial predilección por los pinares, asentándose incluso en los de repoblación.

ZONA DE ESTUDIO

Para el estudio, se ha seleccionado un núcleo urbano donde existe presencia de búho chico. En dicha localidad, el búho chico ha seleccionado una pequeña repoblación de pinos próxima a un parque y a edificios deportivos y de viviendas. 

Hábitat de Búho chico en la zona de estudio

ALIMENTACIÓN


El búho chico es un cazador estrictamente nocturno, capaz de dar caza, incluso en las peores condiciones de luz, a una gran variedad de pequeños y medianos vertebrados, desde pajarillos hasta gazapos, si bien su dieta básica, se centra en el consumo de micromamíferos (topillos, ratones de campo, ratas, etc.). Ocasionalmente puede predar sobre grandes insectos, reptiles y anfibios.

El estudio de la alimentación de la especie se ha realizado a través del análisis de egagrópilas recogidas en la localidad seleccionada.

Las egagrópilas son bolas formadas por restos de alimentos no digeridos que algunas aves regurgitan y expulsan por la boca. Normalmente contienen hueso y pelo, porque son elementos duros y difíciles de digerir por las aves.

Egagrópilas de búho chico

Egagrópila de búho chico

RESULTADOS DEL ANÁLISIS DE LAS EGAGRÓPILAS

En total, se han analizado 31 egagrópilas de búho chico. En dicho análisis, se ha prestado especial atención en los restos de cráneos y mandíbulas encontrados, puesto que la dentición permite identificar las distintas especies de micromamíferos presentes en un lugar determinado. Los resultados obtenidos son los siguientes:

 En el interior de las 31 egagrópilas recogidas, se han encontrado restos de 5 micrótidos (topillos), 17 múridos (ratones), 3 musarañas  y 9 aves de pequeño tamaño.

Picos, cráneos y mandíbulas encontrados en las egagrópilas

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Relato de un humedal: La laguna del Oso

Alrededor de las 13 horas hicieron acto de presencia los primeros miembros de Seo Segovia en uno de mis observatorios. Antes de lo esperado. Parece que las cosas por el azud de Riolobos no fueron como esperaban. El cielo permaneció toda la mañana completamente encapotado y únicamente en pequeños periodos de tiempo la lluvia se ausentaba para permitirles salir del coche. Entre los inquilinos del Azud de los que pudieron disfrutar destacaban la gran cantidad de azulones, algunos patos cuchara, somormujos, cormoranes, gaviotas sombrías, algún aguilucho lagunero, garza real, perdices, un cernícalo, algún milano real... En uno de los momentos en que se decidieron a hacer uso del telescopio, pudieron observar un grupo de grullas y alguna liebre en los campos de alrededor. Pero la lluvia persistente, les invitó a dirigirse a la Moraña, lugar en el que me encuentro, ofreciéndoles una grata despedida con el espectaculo ofrecido por un gavilán y un aguilucho lagunero, que las tenían entre sí.

 Arco iris a la llegada a la laguna del Oso

Tras una rápida visita a El Oso y posterior aventura por los caminos embarrados del entorno, se aposentaron en el observatorio para observar a algunos de los huéspedes habituales de la época. En la lámina de agua reposaban gran número de azulones y patos cuchara, en compañia de alguna cerceta y ánade silbón. En los campos de alrededor hacían acto de presencia estorninos, avefrías, gansos, cornejas, algunas grullas, un cernícalo común, milano real, trigueros.

Estando al cobijo del observatorio, y habiéndose unido otros miembros del grupo liberados de sus quehaceres matutinos, también pudieron disfrutar de especies muy de cerca, como los trigueros, un bisbita alpino o alguna lavandera blanca.
 Lavandera blanca (Motacilla alba)
 
Bisbita alpino (Anthus spinoletta)


El espectáculo para amenizar la tarde estuvo a cargo de las aves rapaces, haciendo acto de presencia un águila imperial, un busardo ratonero, una pareja de aguiluchos pálidos, un aguilucho lagunero y un veloz esmerejón. Estos últimos, con sus vuelos a ras del carrizo, causaban gran pavor entre las pequeñas aves, que huían prestas a refugiarse.

Busardo ratonero (Buteo buteo)

  
Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) hembra sobre el carrizal

Aguilucho pálido (Circus cyaneus)

Pero les aguardaba lo mejor. Al anochecer, vienen a cobijarse en mi grandes bandos de grullas y ánsares, y en mis orillas ocupadas por el carrizo se juntan gran número de escribanos palustres para pasar la noche.

Grullas (Grus grus) llegando a los alrededores de la laguna

La luz se apagaba y era el momento de volver al pueblo, y ya entre la gente local, comentar lo que el día había dado de sí. Sólo me queda esperar su pronto regreso para poder seguir disfrutando de la grata compañia de gente que me aprecia y respeta. Seguro que en breve estarán aquí de nuevo, pues aún les queda mucho por conocer de mis ocupantes.  

Pd: Hoy debemos alegrarnos por la recuperación de uno de los mejores representantes de los humedales ibéricos. La sociedad toma conciencia y la naturaleza, sabia, lo agradece.